Orígenes de la urbanización en España. La ciudad romana
A continuación desarrollaremos una breve descripción de la evolución urbana hasta la conquista romana. Posteriormente describiremos las características del modelo de la ciudad romana. Estudiando el ejemplo de Emerita Augusta (Mérida)
Encontramos los primeros vestigios de poblamiento
en la Península Ibérica en las zonas de Orce (Granada) y Atapuerca (Burgos)
hace más de un millón de años. Pero los primeros núcleos poblacionales se
asocian a las colonizaciones de griegos y fenicios, aunque también haya núcleos
de carácter autóctono vinculados a las poblaciones celtas, íberas y a culturas
como la de Tartessos en la zona sur de la Península.
El
comienzo de la presencia fenicia se data entre los siglos VIII y VII a.C.
siendo probablemente Sexi (Almuñecar) uno de los primeros lugares en los que se
establecen (700 a.C.), como también lo hacen en Gades (Cádiz) o Abdera (Adra),
habiendo también emplazamientos fenicios en las Islas Baleares y zona del
levante peninsular.
El
establecimiento de las colonias griegas será posterior a la de los fenicios,
siendo la primera en establecerse la de Emporion (actual Ampurias) en el año
575 a.C. zona desde la cual avanzan hacia el sur con nuevas colonias como
Alicante o Denia. También encontraremos colonias griegas en el interior como
serán Numantia (zona de Soria), Carambolo o Carmona (ambas en la provincia de
Sevilla). A continuación podéis contemplar un ejemplo de colonia griega.
En
la zona del actual Túnez surgirá una nueva potencia comercial y militar entorno
a la ciudad de Cartago, que confrontará con la pujante República Romana que se
expande por la Península Itálica. Así, tras la derrota en la primera Guerra
Púnica (264-241 a.C.) Cartago comienza su expansión en la Península Ibérica,
ocupando la ciudad de Gadir en el 237 a.C. el comienzo de una expansión que llevará
al control de una importante parte de la misma, con la ocupación de colonias
fenicias y griegas, y la creación de nuevas
ciudades como Cartago Nova (Cartagena). Una expansión que terminará con la
Segunda Guerra Púnica (218-202 a.C.), en la que la República Romana derrota a
Cartago y se inicia la ocupación de la Península por los romanos tras la
derrota del líder cartaginés Aníbal.
Roma
ocupará de forma progresiva la Península Ibérica, tardando en ello dos siglos,
del 218 a.C. al 19 a.C. proceso en el cual ocupará las ciudades existentes e
irá configurando una red urbana conectada por calzadas, que servirá como instrumento
a la romanización por un lado, y a la explotación de la riqueza peninsular por
otro.
Roma desarrollará un modelo urbano
característico. La ciudad romana toma como base los campamentos militares, eran
ciudades amuralladas con un diseño en cuadrícula en el que destacan las calles
centrales, el CARDO y DECUMANUS MÁXIMUS. En la zona central se situaban los
edificios oficiales, religiosos y la zona comercial, zona que era conocida como
“foro”. Entre algunas de las ciudades más destacadas de la red urbana romana
destacan Emerita Augusta (Mérida), Caesar Augusta (Zaragoza), Corduba (Córdoba),
Hispalis (Sevilla), Castulo (Linares), Toletum (Toledo), Pompaelo (Pamplona),
Legio (León)… En el mapa que adjuntamos se puede visualizar la red urbana creada
por Roma, aprovechando las ciudades existentes.
Un
ejemplo a desarrollar sería el de Emérita Augusta, la actual Mérida, una de las
ciudades más destacadas de la Hispania Romana. Será la capital de la provincia
romana de la Lusitania. Se fundó aproximadamente en el año 25 a.C. sobre una
población preexistente, como lugar de residencia para soldados retirados. Emérita
Augusta está situada en un emplazamiento privilegiado, junto al río Guadiana y
en plena Vía de la Plata, una vía de comunicación esencial de Hispania. Se
conserva un importante conjunto de vestigios arqueológicos de esta etapa, como
es su famoso teatro, el arco de Trajano, un circo, el templo de Diana, un extraordinario
puente sobre el Guadiana, y el conocido como acueducto de “los Milagros”.
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